domingo, 8 de abril de 2018

Recordar no es cosa baladí, es un acto de construcción y reparación, de Marisa Peña

Marisa Peña ·  28/2/2018
Antes de que ya estuviera muy enferma y de que su memoria se hiciera agua, mi abuela me pidió que no olvidara y que lo contara todo. Todo lo que habíamos tejido las dos durante tantos años y tantas conversaciones. El hilo de nuestra memoria familiar que era también la memoria republicana, la memoria de los vencidos, la memoria herida y silenciada. Recordar no es cosa baladí, es un acto de construcción y reparación. Yo he sido una afortunada porque el silencio no se impuso en mi casa. Canciones, consignas, cartas, libros prohibidos y la maravillosa capacidad de mi abuela de recordar y contar todo cuanto ocurrió acompañaron mi infancia, mi adolescencia y mi juventud consciente. Sé que saber me ayudó a comprender, a asumir y a concienciarme. Mi compromiso con la recuperación de la memoria republicana, la justicia y la reparación de las víctimas tiene una vertiente política e ideológica pero también una afectiva hecha de amor y de emociones. No puedo renunciar a ninguna y además no quiero. Por eso no soy historiadora, ni investigadora, porque no soy imparcial ni podría serlo jamás. Soy hija, nieta,sobrina- nieta y bisnieta de víctimas del franquismo y aunque no lo fuera sé que el sufrimiento de los republicanos españoles no ha sido reparado, ni paliado ni valorado en su justa medida. Son víctimas de segunda, obligadas a callar, a olvidar y a pasar página que es lo peor que se le puede pedir a una víctima. No debería ser tan difícil ponerse en el lugar de las víctimas y de sus familiares. Pero lo es, porque la sombra del franquismo es muy alargada, tanto que cubre incluso a muchos de los que, por herencia ideológica, deberían arañar con uñas y dientes la tierra que cubre a sus muertos, y desamordazarlos y regresarlos...pero prefirieron no remover, no implicarse mucho y no crear problemas a los viejos poderes vestidos de democracia para la ocasión. Y pasaron veinte años, y veinte más...y así estamos. Con Pazo, himno, cunetas, calles franquistas, memoriales a medias y de recuperar patrimonio ni hablamos.Mucho ruido, mucho miedo y pocas nueces. Gracias a los que, a pesar del ruido, del miedo y de las nueces, siguen luchando y y no desfallecen. A esos alcaldes y alcaldesas que homenajean a sus republicanos sin complejos, a las asociaciones y a los investigadores.Gracias a todos, y adelante siempre.
Marisa Peña, Enredando memoria

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OTRA COSA: “Ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose”




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