lunes, 22 de agosto de 2016

La distancia sideral entre la BBC y TVE

Resulta esperpéntico que ahora Mariano Rajoy clame por una televisión pública independiente

http://elpais.com/elpais/2016/06/21/opinion/1466529080_126779.html

A cualquier líder político que se le pregunte cuál es su modelo ideal de televisión pública responderá sin sombra de duda que la BBC. El candidato del PP, Mariano Rajoy, no podía fallar. Durante una entrevista en la radio pública dijo que los partidos deberían llegar a un consenso para tener una televisión “independiente” y ajena a las disputas partidistas, a imagen y semejanza de la británica. Cualquier espectador mínimamente avispado se dará cuenta de que entre el canal público británico y el español media una distancia sideral. En los últimos cuatro años, el propio Rajoy ha hecho todo lo posible por acrecentarla.
Se podría decir que la BBC y TVE son entes antagónicos. Y no solo porque la británica sea la organización audiovisual más poderosa del mundo. Las diferencias afectan a la designación del presidente, la financiación o la calidad de los contenidos. En 2006 el Gobierno de Zapatero quiso importar el modelo de la BBC y consiguió cambios históricos para la radio y la televisión estatal al confiar a una mayoría parlamentaria el nombramiento del presidente de RTVE, lo que obligaba a un consenso entre PSOE y PP. También suprimió la publicidad, diseñó un nuevo sistema de financiación e impulsó unos informativos plurales e independientes.
Tras la llegada de Rajoy a La Moncloa, el presidente de RTVE ha vuelto a ser elegido en solitario por el PP, la subvención ha sufrido un enorme hachazo y los informativos han recaído en el sesgo progubernamental. Resulta esperpéntico que ahora el candidato del PP clame por una televisión independiente y apele al consenso después de haber hecho todo lo posible por romperlo. El candidato Rajoy aboga también por una televisión pública con contenidos diferenciados de los de los canales comerciales. Solo hay que zapear por la parrilla de TVE y la de un canal privado elegido al azar para comprobar que muchos formatos son intercambiables.
Para cambiar el modelo de RTVE, el líder del PP tal vez podría haber imitado el proceso emprendido por David Cameron para diseñar el Libro Blanco de la BBC, un documento que, como apunta el profesor Rafael Díaz Arias, ha recogido las aportaciones de más de 192.000 ciudadanos, 300 organizaciones, las opiniones de otros 4.000 encuestados y dos informes de expertos independientes. A partir de este aluvión de información se abre el debate que concluirá con la aprobación de la nueva Carta Real —norma reguladora de la misión de la compañía— que entrará en vigor el 1 de enero de 2017 y estará operativa 11 años para desacoplar su vigencia de los períodos electorales.
La proverbial equidistancia de la BBC, dice el teórico de los medios de comunicación Werner Rings, se fundamenta “en la tradición británica de no permitir la acumulación de poder en pocas manos, así como su costumbre de repartir al máximo sus responsabilidades, en las que debe participar hasta el colaborador de menos categoría”. Mucho tendrá que cambiar RTVE para que sea vista —al igual que la BBC en Reino Unido— como uno de los grandes valores del país.

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