lunes, 23 de febrero de 2015

El Ejército aplica un régimen disciplinario de máxima seguridad al teniente Segura.

"Si publicas algo sobre esta visita, él tendrá problemas", amenazó la policía militar a un periodista que accedió al centro donde se encuentra arrestado

Está aislado, sin acceso a aparatos electrónicos o librosalgo no contemplado en el régimen interno del centro disciplinario (ENCARCELADO EN LA BASE DE SAN PEDRO. COLMENAR VIEJO, POR HABER ESCRITO EL LIBRO "UN PASO AL FRENTE")
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Me están presionando para que pida la baja psicológica y así poder decir que soy una persona inestable, pero no lo van a conseguir", dice Segura. CARLOS DEL CASTILLO 19/2/2015 
http://www.publico.es/politica/ejercito-convierte-disciplinario-del-teniente.html

"La tercera vez me identifiqué como amigo, no como periodista, y me dejaron pasar. Me revisaron como si fuera una cárcel de máxima seguridad: me cachearon, me pasaron un detector de metales, se lo pasaron a la bolsa. Pude hablar con él 15 minutos y cuando salía, el policía militar me dijo: Bueno, ya sabes que si publicas algo relativo a esta visita, el que va a pagar las consecuencias va a ser él, le quitaremos los privilegios que tiene".

Es la experiencia de Fernando de Oyarbide, escritor y periodista, para entrevistarse con el teniente Luis Gonzalo Segura en el centro disciplinario, donde se encuentra arrestado desde el 15 de enero y en el que deberá permanecer hasta el 15 de marzo.

Oyarbide, autor de Soldados de Afganistán, al otro lado del silencio (Edita), prepara un nuevo libro sobre los casos de suicidio de los soldados y está intentando contar con el testimonio de Segura, pero el Ejército parece decidido a no facilitar que el teniente siga hablando sobre las entrañas de las Fuerzas Armadas.

Segura, autor del Un paso al frente (Tropo Editores), donde denuncia casos de corrupción de los que ha sido testigo en el Ejército, acumula ya cinco meses de arrestos administrativos en menos de un año por la publicación de su libro y su colaboración con medios de comunicación. 

 "Se están saltando el régimen disciplinario militar a la torera", denuncia su abogado. En su arresto, —una privación de libertad por vía administrativa por la queEspaña se vio obligada a enmendar el Convenio Europeo de Derechos Humanos— a Segura se le ha prohibido el acceso a CDs, DVDs, ordenador, libros o radio. "Solo papel y boli", confirma el propio Segura a este medio desde el centro disciplinario. 

"Es demencial; él no es un delincuente, simplemente se le ha aplicado un procedimiento administrativo sancionador, no lo pueden tener en estas condiciones", manifiesta su abogado, que adelanta que está preparando acciones legales para protestar por la situación de su defendido.

"Algo impropio de este país"
Esta situación viola el propio reglamento interno de los centros disciplinarios militares, que solo considera "objetos no autorizados" aquellos que "contengan alcohol, precisen ser cocinados para su consumo, exijan para su control una manipulación que implique riesgo de deterioro, y en general los que impliquen riesgo para la seguridad o sean nocivos para la salud".

Esta situación, sumada a las restricciones que se imponen a sus visitas, ha convertido su régimen disciplinario en una prisión de máxima seguridad. "Están intentando machacarme psicológicamente. Estoy aislado, no me dejan hablar con los soldados y no hablo con nadie salvo las dos horas de teléfono. Son 22 horas solo. Me parece algo impropio de este país", continúa Segura.

El régimen interno de los centros disciplinarios tampoco contempla en ningún caso el aislamiento o la prohibición de las visitas.

Inquirido por Público sobre las condiciones del arresto del teniente, el Ejército se ha negado a comentar su caso, limitándose a referir que la Defensora del Pueblo realizó una visita al centro en 2013 y manifestó que las condiciones del mismo eran"excelentes" y que "el comportamiento de los mandos correcto y ajustado a derecho".

ADEMÁS: Estamos podridos 20/2  comentarios
http://blogs.publico.es/un-paso-al-frente/2015/02/20/estamos-podridos/


Tenía razón el general que me dijo que no intentase limpiar las Fuerzas Armadas cuando la sociedad está podrida. Gilead —farmacéutica que produce el Sovaldi— ganando miles de millones de euros mientras los enfermos de Hepatitis C mueren sin medicamentos, políticos saqueando el país sin escrúpulos mientras ciudadanos no llegan a fin de mes, periodistas mintiendo o tergiversando según las líneas editoriales mientras los ciudadanos no saben a quién creer, fiscales haciendo de abogados defensores, jueces mirando para otro lado, policías espiando para partidos políticos o dando chivatazos, comerciales convertidos en ministros (de Defensa)… ¿Y los ciudadanos? Los ciudadanos viendo el fútbol, Sálvame Delux o jugando a la PlayStation.
Sé que no es fácil, que puede parecer imposible anteponer el futuro colectivo a nuestro bien personal, pero creo que es el momento de los ciudadanos. Es el momento de que los jueces y fiscales sean implacables contra los que atentan contra el bien común, es momento de que se produzca una regeneración política de todos los corrompidos, es el momento de los periodistas se comprometan con la verdad y rompan sus líneas editoriales, es el momento de terminar con los ayuntamientos corruptos, los ministros que venden bombas de racimo o los banqueros que cada día ganan más y más desahuciando familias…
Somos muchos, casi todos, los que sabemos lo que sucede y también son muchos los que siguen priorizando su salario o el futuro de sus hijos, cuando precisamente lo que hacen es condenarlo. La responsabilidad, hoy, puede pasar por perder el trabajo y enseñar a un hijo que no todo vale, que es mejor ser periodista en el paro que mentiroso en un medio, ejecutivo despedido en una farmacéutica que millonario a base de muertes.
Hoy me dirijo a todos para que esto se termine, somos muchos los que conocemos la corrupción y los que tenemos una responsabilidad y una obligación: DENUNCIAR. Me dirijo a todos los militares que saben lo que está pasando para que denuncien de una vez por todas. No hace falta que lo hagan de forma abierta, pueden denunciar de forma anónima, pero que lo hagan… Sé que no hay muchos medios de comunicación valientes, pero los hay y ahí los tenéis. Una llamada, un correo electrónico, ¡algo!
Yo estoy de acuerdo con el general que me dijoque la sociedad estaba corrupta y podrida, de hecho todos lo hemos estado y todos somos responsables de ello, pero ahora más que nunca discrepo con él en que no merece la pena limpiar nuestra casa, porque si no arriesgamos hoy nuestro trabajo, lo que es seguro es que lo perderemos mañana, y habrá algo peor: no podremos decirles a nuestros hijos que hicimos lo correcto. 

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